¡Alohaaa!
¡Ay! ¿Dónde quedaron mis vacaciones? Bueno, pues a modo de resumen, puedo decir que fueron tranquilas, dedicándome todo el tiempo que necesitaba y culminando con la Carrera de la mujer. ¡Disfruté como una enana!.
Ahora ya con las pilas cargadas, hasta algún día festivo que hay por ahí, las fiestas de Torrejón, donde disfrutaré de dos días libres y luego ya practicamente del tirón, hasta mis ANSIADAS vacaciones con mi súper viaje.
Comienzo con mi resumen de la Carrera de la mujer. Cuando ese domingo sonó el despertador, me acordé del día que decidí apuntarme... “¡Madre-del-amor-hermoso, qué madrugón! ¡la última vez que me apunto a una carrera que comience antes de las 11!.. XD” Bueno, he de confesar que me costó un triunfo, porque al final el sábado que prometía tranquilo, no paramos en todo el día...Primero en el Chalet de mis tíos, disfrutando de un día maravilloso, compañía en familia y comidita rica-rica...y luego, improvisando, quedada con amigos y de la manera más tonta , las dos de la mañana. Claro, así a ver quien se levanta a correr al día siguiente... “¡pues servidora!” (y mi chico, que me acompaña en todo, pero en concreto estos saraos, no se los pierde).
Como apuramos siempre al máximo, me dejó practicamente con el coche en la puerta de Salida, en el parque del Oeste. Ahí no tardé en encontrar a mis compis-runners, las Guerreras Running. Saludos, abrazos, risas, confidencias, fotitos...y ¡¡¡¡ pistoletazo de salida!!!!. Como la mayoría somos unas “ansias-vivas” y los cuerpos tienen un límite... muchas decidieron hacerla andando y de vez en cuando algo de trote. Yo quería correrla de principio a fín, así que con la promesa de vernos en la meta, comencé a correr desde que pasé el arco de salida.
Sólo a mí, se me ocurre la “brillante idea” de ponerme a pensar esa misma mañana cuando me vestía... “ Anda Virginia, pues prueba a ponerte en las zapas, las plantillas y a ver si así, no te sale la ampolla que siempre te comienza a salir a partir de los 5 kilómetros...”. Pues como si no hubiera soluciòn mejor, me hago caso a mi-misma. Total, que me pongo las plantillas y ¡a correr! (nunca mejor dicho).
Vuelvo al tema, que me he perdido... Pasado el arco de salida, trotando lo que me dejaban, ya empiezo a esquivar a muchísima gente que decide andar. Yo sigo empecinada en correrla. Al pricipio, como estaba fresca, comienzo con fuerza a esquivar haciendo zig-zags...y ¡Zas!... Piso una alcantarilla y se medio tuerce el pié. Mal asunto. Aún así, sigo corriendo, y con alguna molestia en el tobillo, dejo de hacer el cabra si no quiero terminar con la pierna amputada. Ya con más calma, y aún con molestia en el tobillo, comienzo a disfrutar de un ambiente sin igual. Miles de mujeres llenando las calles de Madrid. Bajando la calle Princesa, se veía la “marea rosa” perfectamente. Me encanta pisar las calles corriendo por las que habitualmente voy en coche, y además, ¡saltándome los semáforos y todo! Jajaja. Plaza España. Espontáneos tocando y cantando, gente haciéndose fotos (yo haciendo fotos al ambientazo que se respiraba). Comienza la subida de la Gran Vía, y decido ir hacia la derecha, por la acera, porque había menos gente y los que había, corrian como yo. Subo hasta Callao, y luego bajada otra vez, más cómoda hasta el edificio de Metrópolis. Pasamos por Sol, y ya comenzamos a pasar arcos de algunos de los patricinadores de la carrera. Me doy cuenta de que entre las fotos, esquivar a algunas personas y no dejar de mirar hacia un lado y otro, me había olvidado del dolor del tobillo. Ya apenas molestaba porque estaba en caliente ( y lo cierto es que fue la torcedura del momento, porque no me volvió a doler más) pero lo que me hizo acordarme, fue una pequeña rozadura en la planta del pie. Bueno, eso de pequeña, era lo que yo pensaba... Cuando me desabroché la zapatilla, y vi aquello aluciné... Menos mal que con la excusa de la carrera, ya ese día iba a estar a reposo absoluto :P
Vuelvo al tema que me despisto.
Ya había pasado Sol y llegaba a la Plaza de Oriente, para bajar hacia el Paseo de Pintor Rosales, cogiendo después su paralela, para llegar a la Meta en el Paseo de Camoens.
¡¡¡¡ B I E N !!!! ya crucé la meta, pese a los inconvenientes que tuve al principio. Me sentía fuerte, triunfadora. No había llegado la primera, ni mucho menos, pero había llegado y había conseguido cruzar mi segunda meta, mi segunda carrera. Había merecido la pena el madrugón, las pocas horas de sueño, el dolor de la ampolla y TODO. Lo había conseguido una vez más...y eso quiere decir, que lo conseguiré siempre que me lo proponga. Que jamás en la vida, hice deporte desde que dejé el colegio, y que en cuestión de un par de años, me estoy poniendo a tono. Y es que nunca es tarde si la dicha es buena.
Correr, considero que es un deporte duro, porque los límites te los pones siempre tú. Y no hay nadie más exigente que uno mismo. Al menos en mi caso. Y soy yo la que me pongo los mayores obstáculos, la que tiene pereza un día, la que no tiene tiempo otra, otros días tengo otros planes, que si hoy llueve, otro hace frío, ahora demasiado calor, que si me visita nuestra amiga "la roja" (y no es la Selección Española)... y en la mayoría de los casos, me obligo, pongo de mi parte, saco mi constancia, y ¡lo hago!. Es maravilloso ver, lo que el ser humano es capaz de hacer si se lo propone.
Besos para todos.
PD- ¡¡Gracias Sonia, por acompañarme en la salida y la meta!! Eres un claro ejemplo de superación. Un beso enorme.