DESÁNIMO
Estado anímico de tristeza, pena y desgana. Así me siento yo. Menos mal que espero que me dure poco, porque me considero una persona fuerte (aunque tengo mi corazoncito), y me suelo levantar pronto de los tropiezos. No me importa tropezar, si con ello aprendo. Lo que me entristece, es que te tropieces, intentes levantarte, y encima te pongan la zancadilla. Eso es lo que llevo francamente mal. La decepción con las personas.
Cuando una tiene la conciencia tranquila, porque durante mucho tiempo, ha hecho las cosas bien, ha demostrado que se puede confiar en ella, y sobre todo, que va de frente… lo mínimo que espero encontrar es confianza y sobre todo sentido común. Hablo de sentido común en todo esto, porque el sentido común dice más de nosotros, que cualquier otra cosa. El sentido común cae por su propio peso. ¿qué me ha dicho siempre mi sentido común? Pues que si doy, aunque no reciba, al menos espero que me respeten. ¿es de sentido común, no?…
No quiero recibir ya, me he cansado, al menos de quienes me demuestran poco o nada. Pero al menos, que respeten mis decisiones. Las decisiones ya de por sí, son difíciles de tomar, y más si suponen salir de tu zona de confort, para que encima de no respetarlas, se empeñen en no querer entenderlas, dirigirte la vida y además ponerte obstáculos en el camino. Eso no. No es ético, ni moral, ni lógico, ni molón, ni nada.
Ahora que soy madre, y veo que lo que más duelen son los hijos…me gustaría ver, a estas personas abusonas, actuar si en vez de ser los causantes ellos del problema, fuera en un futuro otra persona con sus hijos. Es decir, que los obstáculos que me ponen a mí, se los pongan el día de mañana por triplicado a sus hijos…y ellos como meros espectadores de ver a sus hijos caer, después de ver que con tanto esfuerzo habían llegado hasta un punto. Luego que llegase una persona y de un plumazo, hiciera desvanecer todo ese esfuerzo. Como cuando de pequeños, hacías carreras de tortugas, y justo antes de que la tortuguita llegara a meta, la cogías y la guardabas en la pecera. Ese sitio inhóspito, pequeño y aburrido. Estaba bien cuando era chiquitita, y le gustaba su palmera, la rampa, etc… Ahora ya no le gusta. Como nos pasa a todos. Los gustos nos van cambiando, y lo que antes te parecía bien, ahora piensas cómo te podía gustar eso.
Ahora mismo, es tal el revoltijo que tengo, que no puedo pensar con claridad. Lo que sí tengo claro, es que esto no va a quedar así… y que prefiero “Morir de pie, a vivir siempre arrodillado”.
El tiempo pone a cada uno en su lugar, yo tendré que buscarme otro porque ya no me gusta donde estoy…pero no voy a quedarme de brazos cruzados mientras pasa la vida “ahí fuera”.
A SEGUIR SOÑANDO BONITO, AUNQUE LOS DEMÁS SE EMPEÑEN EN DESPERTARTE.
Estado anímico de tristeza, pena y desgana. Así me siento yo. Menos mal que espero que me dure poco, porque me considero una persona fuerte (aunque tengo mi corazoncito), y me suelo levantar pronto de los tropiezos. No me importa tropezar, si con ello aprendo. Lo que me entristece, es que te tropieces, intentes levantarte, y encima te pongan la zancadilla. Eso es lo que llevo francamente mal. La decepción con las personas.
Cuando una tiene la conciencia tranquila, porque durante mucho tiempo, ha hecho las cosas bien, ha demostrado que se puede confiar en ella, y sobre todo, que va de frente… lo mínimo que espero encontrar es confianza y sobre todo sentido común. Hablo de sentido común en todo esto, porque el sentido común dice más de nosotros, que cualquier otra cosa. El sentido común cae por su propio peso. ¿qué me ha dicho siempre mi sentido común? Pues que si doy, aunque no reciba, al menos espero que me respeten. ¿es de sentido común, no?…
No quiero recibir ya, me he cansado, al menos de quienes me demuestran poco o nada. Pero al menos, que respeten mis decisiones. Las decisiones ya de por sí, son difíciles de tomar, y más si suponen salir de tu zona de confort, para que encima de no respetarlas, se empeñen en no querer entenderlas, dirigirte la vida y además ponerte obstáculos en el camino. Eso no. No es ético, ni moral, ni lógico, ni molón, ni nada.
Ahora que soy madre, y veo que lo que más duelen son los hijos…me gustaría ver, a estas personas abusonas, actuar si en vez de ser los causantes ellos del problema, fuera en un futuro otra persona con sus hijos. Es decir, que los obstáculos que me ponen a mí, se los pongan el día de mañana por triplicado a sus hijos…y ellos como meros espectadores de ver a sus hijos caer, después de ver que con tanto esfuerzo habían llegado hasta un punto. Luego que llegase una persona y de un plumazo, hiciera desvanecer todo ese esfuerzo. Como cuando de pequeños, hacías carreras de tortugas, y justo antes de que la tortuguita llegara a meta, la cogías y la guardabas en la pecera. Ese sitio inhóspito, pequeño y aburrido. Estaba bien cuando era chiquitita, y le gustaba su palmera, la rampa, etc… Ahora ya no le gusta. Como nos pasa a todos. Los gustos nos van cambiando, y lo que antes te parecía bien, ahora piensas cómo te podía gustar eso.
Ahora mismo, es tal el revoltijo que tengo, que no puedo pensar con claridad. Lo que sí tengo claro, es que esto no va a quedar así… y que prefiero “Morir de pie, a vivir siempre arrodillado”.
El tiempo pone a cada uno en su lugar, yo tendré que buscarme otro porque ya no me gusta donde estoy…pero no voy a quedarme de brazos cruzados mientras pasa la vida “ahí fuera”.
A SEGUIR SOÑANDO BONITO, AUNQUE LOS DEMÁS SE EMPEÑEN EN DESPERTARTE.