¡¡Buenos días a todos y todas!!
He pensado que mejor os cuento el post de Death Valley ahora que ya no hace tantísimo calor, porque entre el calor que ha hecho este verano y el post, ¡¡os íbais a cocer leyendo!!.
Después de Yosemite, como os había comentado, hicimos noche en Bishop. Bishop fue el primer pueblo estadounidense que pisábamos para hacer noche. Cuando digo pueblo, es porque anteriormente sólo habíamos tocado grandes ciudades donde el ambiente es bien distinto. Los pueblos allí son tal y como aparencen en las pelis. Nos llamaba muchísimo la atención. Como queríamos mimetizarnos con el entorno, pasamos la noche en un motel de carretera. Suena “cutre”, pero para nuestra sorpresa, allí en general los moteles están requetebién. Son habitaciones bastante grandes, de unos 15 metros cuadrados, con mesa y sillas, minibar (nevera), baño completo, secador de pelo y aparcas el coche casi al salir. Todos los moteles en EEUU, tienen máquina de hielo gratuita, así que todos los días llenábamos fresquita nuestra nevera.
En Bishop, fuimos a comprar más víveres. Además era el día que más importante era para nosotros, porque íbamos a ir a Death Valley a continuación, y todo el mundo nos había advertido que es súper peligroso adentrarte en Death Valley sin agua ni alimentos y justo de gasolina. Así que llenamos el tanque del coche y compramos como para alimentar a todo el ejercito de los Estados Unidos, por si acaso. Es peligroso, porque se alcanzan unas temperaturas “abrasantes” y debido a eso está completamente despoblado. No hay nadie allí en bastantes kilómetros a la redonda. De hecho, en todos los parques Nacionales de EEUU, hay una garita al comienzo y al final del parque, donde te piden la acreditación para entrar, y en Death Valley, no hay nadie en esa garita... (Normal, a ver quien es el guapo que aguanta día tras día, estar allí asándose pidiendo carnets a la entrada...). Tampoco hay gasolineras, ni tiendas ni nada... porque nadie aguantaría trabajar allí. Sólo vímos un hotel casi al comienzo de entrar en la zona. Luego todo estaba desierto.
Fuimos al punto más bajo, caliente y seco de Norteamérica. Death Valley forma parte del Desierto de Mojave. Entre todos los puntos que tienes que ver, te tiras fácilmente 4-5 horas, así que tienes que andar provisto de todo lo que puedas necesitar.
Realmente las temperaturas son inaguantables. Nos parábamos para las fotos y no aguantábamos mucho más de 3 minutos. En concreto, llegamos a estar a 44 grados, y es insoportable. Además el poco aire que hacía, quemaba. La verdad sea dicha, es que estuvo bien, pero se me hizo un poco largo. Demasiados kilómetros desérticos, y sin dar lugar a muchas fotos, porque fuera sólo podías estar el tiempo imprescindible y no haciendo mil capturas de distintas perspectivas. Pero bueno, como teníamos que ir desde Yosemite a Las Vegas, sólo había que desviarse muy poco y ya visitarlo. Nos entraba además en nuestro carnet anual de parques, y ya aprovechamos. Menos mal que nos encanta conducir a los dos, y llevábamos nuestra música para canturrear lo que nadie sabe... (mira que estuvimos cantando, y nada, que no llovía... XD)
Una vez visitados casi todos los puntos (me dejé alguno por pesadez, y porque había que desviarse bastante más), pusimos rumbo hacia nuestro siguiente objetivo... ¡¡¡ LAS VEGAS!!!
Pero eso ya, en el siguiente post.
Espero que os haya gustado...¡Nos vemos pronto!
He pensado que mejor os cuento el post de Death Valley ahora que ya no hace tantísimo calor, porque entre el calor que ha hecho este verano y el post, ¡¡os íbais a cocer leyendo!!.
Después de Yosemite, como os había comentado, hicimos noche en Bishop. Bishop fue el primer pueblo estadounidense que pisábamos para hacer noche. Cuando digo pueblo, es porque anteriormente sólo habíamos tocado grandes ciudades donde el ambiente es bien distinto. Los pueblos allí son tal y como aparencen en las pelis. Nos llamaba muchísimo la atención. Como queríamos mimetizarnos con el entorno, pasamos la noche en un motel de carretera. Suena “cutre”, pero para nuestra sorpresa, allí en general los moteles están requetebién. Son habitaciones bastante grandes, de unos 15 metros cuadrados, con mesa y sillas, minibar (nevera), baño completo, secador de pelo y aparcas el coche casi al salir. Todos los moteles en EEUU, tienen máquina de hielo gratuita, así que todos los días llenábamos fresquita nuestra nevera.
En Bishop, fuimos a comprar más víveres. Además era el día que más importante era para nosotros, porque íbamos a ir a Death Valley a continuación, y todo el mundo nos había advertido que es súper peligroso adentrarte en Death Valley sin agua ni alimentos y justo de gasolina. Así que llenamos el tanque del coche y compramos como para alimentar a todo el ejercito de los Estados Unidos, por si acaso. Es peligroso, porque se alcanzan unas temperaturas “abrasantes” y debido a eso está completamente despoblado. No hay nadie allí en bastantes kilómetros a la redonda. De hecho, en todos los parques Nacionales de EEUU, hay una garita al comienzo y al final del parque, donde te piden la acreditación para entrar, y en Death Valley, no hay nadie en esa garita... (Normal, a ver quien es el guapo que aguanta día tras día, estar allí asándose pidiendo carnets a la entrada...). Tampoco hay gasolineras, ni tiendas ni nada... porque nadie aguantaría trabajar allí. Sólo vímos un hotel casi al comienzo de entrar en la zona. Luego todo estaba desierto.
Fuimos al punto más bajo, caliente y seco de Norteamérica. Death Valley forma parte del Desierto de Mojave. Entre todos los puntos que tienes que ver, te tiras fácilmente 4-5 horas, así que tienes que andar provisto de todo lo que puedas necesitar.
Realmente las temperaturas son inaguantables. Nos parábamos para las fotos y no aguantábamos mucho más de 3 minutos. En concreto, llegamos a estar a 44 grados, y es insoportable. Además el poco aire que hacía, quemaba. La verdad sea dicha, es que estuvo bien, pero se me hizo un poco largo. Demasiados kilómetros desérticos, y sin dar lugar a muchas fotos, porque fuera sólo podías estar el tiempo imprescindible y no haciendo mil capturas de distintas perspectivas. Pero bueno, como teníamos que ir desde Yosemite a Las Vegas, sólo había que desviarse muy poco y ya visitarlo. Nos entraba además en nuestro carnet anual de parques, y ya aprovechamos. Menos mal que nos encanta conducir a los dos, y llevábamos nuestra música para canturrear lo que nadie sabe... (mira que estuvimos cantando, y nada, que no llovía... XD)
Una vez visitados casi todos los puntos (me dejé alguno por pesadez, y porque había que desviarse bastante más), pusimos rumbo hacia nuestro siguiente objetivo... ¡¡¡ LAS VEGAS!!!
Pero eso ya, en el siguiente post.
Espero que os haya gustado...¡Nos vemos pronto!